Wednesday, October 8, 2014
El Síntoma
por el Dr.Manuel Gerardo Monasterio
El síntoma es la forma en que el cuerpo se comunica cuando no hemos querido o podido escuchar su voz cuando intentó comunicarse de una manera más benevolente.
Es un incentivo para la recuperación de la homeostasis(*), es decir, de la armonía y del equilibrio.
Es una apelación extrema a nuestra percepción y nuestra inteligencia.
Pretender simplemente suprimirlo sin comprender su mensaje evolutivo, representa una tragedia cultural y colectiva que, literalmente, quiebra la verticalidad del hombre para reducirlo a la horizontalidad de niveles aún más primarios que los del noble cuadrúpedo, que aún desde su precariedad meramente instintiva –o quizás precisamente por ello- ayuna cuando se siente enfermo o busca los yuyos que la Madre naturaleza pone a su disposición para tales situaciones. Y se echa, es decir, descansa: se dispone naturalmente a entrar en la fase vagotónica que lo lleve a su posible curación.
La mera supresión automática de la sintomatología sin ahondar en las dimensiones biológicas y simbólicas significantes por definición de la condición humana, es una afrenta contra la integridad del hombre, una invitación a sufrimientos más intensos y profundos y una tragedia universal que expone crudamente la barbarie de una medicina-y una cultura global- fragmentada y mecanicista, hipnotizada por los esplendores superficiales de su técnica sin alma.
(*) Homeostásis: El proceso de auto-regulación mediante el cual los sistemas biológicos mantienen la estabilidad mientras se ajustan a las condiciones óptimas para la supervivencia. Si el proceso resulta eficiente, la vida continúa, si fracasa, sobreviene la muerte. El equilibrio alcanzado es de orden dinámico, sujeto a cambios constantes dentro de un contexto de condiciones uniformes.
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