Friday, October 17, 2014

Antroposíntesis y Biodescodificación Genealógica Tercera Parte


por el Dr. Manuel Gerardo Monasterio

Sabemos –a partir de la natural ampliación de las leyes de Spencer como lo he planteado-que la enfermedad no busca la destrucción ni el deterioro del organismo-sino por el contrario, el retorno a la homeostasis que se ha perdido por la acción de uno o-generalmente-varios agentes de perturbación. El mamífero-sede de lo que suele llamarse “inconsciente”- es puramente biológico, y por lo tanto, reactivo, y por lo tanto AUTOMÁTICO. Los automatismos biológicos son indispensables para el sostenimiento de la vida. La acción conjunta del simpático y del parasimpático que constituyen la base del sistema nervioso autónomo, se encargan de mantener las funciones indispensables de la regulación de la respiración, la temperatura, el flujo sanguíneo, la presión arterial y todo lo demás. Imagínense ustedes si todas estas funciones dependieran de nuestra acción volitiva y consciente? Sería difícil sobrevivir, no digamos unos días, sino apenas unas horas bajo tales condiciones. El mamífero, careciendo de capacidad analítica, recibe y procesa toda la información de manera LITERAL. Los conflictos de patología o enfermedad se producen como resultado de la interrelación entre el mamífero y el programador –para expresarlo sintéticamente, “el aparato psicolingüístico”-. El programador a diferencia del mamífero, posee capacidad analítica, y por tanto discriminatoria, y procesa constantemente información que el mamífero recibe, por así decirlo, “sin filtro”, lo que resulta en datos insuficientes o erróneos, que van a ser siempre evaluados por el mamífero de una manera PURAMENTE BIOLÓGICA, ya que es la única área en la que opera el mamífero. Y es aquí donde los hallazgos y las investigaciones del Dr.Ryke Geerd Hamer adquieren una dimensión trascendental. Hamer descubre que la mayoría de las enfermedades son el resultado de programas de supervivencia ejecutados en el cerebro para satisfacer una necesidad biológica. Una de las falencias fundamentales en la formación de médicos y psicólogos es la insuficiente o incluso nula formación en ETOLOGÍA, el estudio de la conducta animal. Nuestras habilidades culturales y logros instrumentales nos llevan a olvidar nuestra condición animal y puramente biológica, de la que no podemos prescindir de ninguna manera y bajo cualquier condición en tanto entidades corpóreas, visibles y palpables. Es por tanto, el primer impulso biológico el que rige todas nuestras funciones: la Supervivencia. Y dentro de la supervivencia las elementales necesidades de alimento, cobijo, reproducción y protección de los peligros o amenazas medioambientales que se nos presentan. Dentro de estas necesidades biológicas no podemos obviar las de contacto físico y emocional, que no son de ninguna manera predominantemente humanas sino extensivas a todos los animales. El ejemplo más conmovedor de este hecho quizás lo represente el encuentro entre uno de los más eminentes etólogos –el Dr.Konrad Lorenz-con uno de los más célebres investigadores de la conducta infantil humana –el Dr.René Spitz-. Ambos sabios habían realizado estudios con criaturas privadas del contacto primario físico-afectivo materno, Lorenz había trabajado con gansos y Spitz con niños. Cuando cada uno vio las filmaciones del otro, ambos se emocionaron profundamente, ya que la actitud corporal de los bebés humanos y de los gansitos era completamente semejante, así como los trastornos y las disfunciones cerebrales y nerviosas que padecían. En mi continuación de este artículo, ampliaré las teorías de Hamer y explicaré las bases de la Biodescodificación Genealógica en la práctica clínica.

No comments:

Post a Comment