Friday, October 17, 2014

El Cliente en biodescodificación Genealógica

El cliente en Biodescodificación Genealógica
Una pregunta que suelen hacernos a menudo es por qué llamamos “cliente” en lugar de “paciente” a la persona que llega a nuestra consulta.
Carl Rogers fue el primero que nos enseño a interpretarlo de esta manera. La palabra “paciente” sugiere una cierta pasividad, una cierta dependencia. La misma etimología de la palabra nos lo indica así. La raíz etimológica es doble, por un lado viene de “paciencia”, y por otro de “padecer”.
El paciente sería pues el que acepta pacientemente su sufrimiento y se entrega pasivamente a que un agente externo-el médico o el psicoterapeuta- se haga cargo de su padecimiento.
Nada más alejado de nuestra práctica, ni de la experiencia de todas las terapias humanísticas y transpersonales.
Para nosotros la persona que consulta es un agente activo, dinámico, completamente capaz de de autogestionarse y autorregularse. Toda curación es, finalmente, autocuración.
El tratamiento cumple las funciones de devolver al consultante al ámbito de su poder original, perdido u olvidado debajo de los escombros de todo lo adquirido por arbitrio de los ancestros y la cultura.
La gente suele además ver la palabra “cliente” como menos digna que “paciente”, por cuanto indica una transacción comercial. Pero, ¿Acaso la persona que consulta no abona por los servicios del profesional?
“Cliente” es, por tanto, la palabra ecuánime y veraz que elegimos para utilizar en nuestra disciplina.

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